Documental Seis Minutos

jueves, 1 de febrero de 2018

¡Pobre de ti, Atención Primaria!

Cuando uno lleva no años, sino décadas, escuchando que la Atención Primaria (AP) en España es el eje del sistema sanitario y ves que los presupuestos asignados a la misma, tanto en términos absolutos como relativos, no hacen sino perder peso con respecto a la atención hospitalaria, no le queda a uno más remedio que pensar que estamos inmersos en una inmensa farsa.

¿Quién tiene la culpa de ello? Pues sinceramente pienso que los profesionales por tolerarlo, la ciudadanía por no ser lo suficientemente madura para darse cuenta de lo que se le vendrá encima y, desde luego, los políticos por actuar mal a sabiendas.


Los profesionales de la AP estamos desunidos (esto lo sabe perfectamente el poder, sea el gobierno central o autonómico). Durante décadas han tenido a su disposición una cantidad ingente de médicos de familia, lo que les ha permitido ofrecer contrarios precarios (es lo que le tiene un exceso de oferta sobre la demanda). El asunto está cambiando y ya está habiendo problemas para encontrar en muchos lugares médicos de familia (MF) debido al éxodo al extranjero.

La ciudadanía  probablemente entiende, en muchos casos, que los médicos de familia estamos para asuntos banales y que, a lo que parece, con 5 minutos por paciente, es suficiente. Parecería que lo importante es que los mejores medios estén en los hospitales. En un excelente artículo de Sergio Minué, se expone que sucedería si dejáramos nuestro coche a un mecánico y el mismo tuviera 4-5 minutos. ¿Confiaríamos en él? No pocos pacientes consultan a su MF varios problemas en el mismo día. Es cierto que algunos pueden ser banales pero otros exigen no 5 sino 10-15 minutos o más. La mayoría nos conformaríamos con tener unos 10 minutos, tiempo incluso muy escaso e impensable en la mayoría de países occidentales. Ni que decir tiene que la pediatría de AP y las enfermeras de familia "disfrutan" de unas condiciones similares.  Creo que, como en otros muchos asuntos, tenemos muchas contradicciones como ciudadanos entre lo que pedimos de los servicios públicos y lo que estamos dispuestos a exigir a nuestros representantes políticos a fin de que sean ellos los que doten de forma adecuada a los centros de atención primaria.

Dentro de la penuria presupuestaria a la que hemos estado sometidos, no tengo la menor duda de que la AP ha perdido la guerra ante la opinión pública y que se encuentra gravemente enferma. Hay quien dice incluso que agoniza. Yo soy un pesimista positivo. Si no se hace nada será un desastre total pero si se cambian las tendencias, sin duda, las excelentes generaciones de jóvenes MF hará que resurja de sus cenizas. Nunca ha existido un nivel de preparación tan bueno en los MF como en la actualidad. 

Pienso que la ciudadanía debería conocer que es previsible que el éxodo de jóvenes MF al exterior continúe. Estoy convencido que nuestras autoridades promocionarán, para compensar, la entrada de profesionales formados en otros países con menor poder adquisitivo. Todo menos ir a la raíz del problema. Si están igual de formados que nosotros, es una opción válida. Los británicos, por ejemplo, contratan gustosamente a nuestros jóvenes MF porque saben de su excelente formación. ¿Sucederá lo mismo en nuestro país? Tengo serias dudas. 

Así que, para finalizar, deberíamos, como ciudadanos y profesionales, tener muy en cuenta lo que las diferentes formaciones políticas prometen pero, sobre todo, hacen y actuar en consecuencia. Los profesionales pedimos, sobre todo, tiempo para ver a nuestros pacientes en condiciones dignas y de seguridad para los mismos. Los medios técnicos, como los ecógrafos en AP, por ejemplo, están muy bien y son bienvenidos pero pedimos nuestro bien más preciado: el tiempo. ¿Es mucho pedir?

Concluyo indicando que la crítica a las condiciones del ejercicio de nuestro trabajo no es una crítica a la AP como algunos parecen pensar. Son los que la infradotan, la abandonan, los auténticos enemigos de la misma. 

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